Besamé...

(Para leer escuchando "Camila - Besame")
Me tomaste del cuello con una mano, de la cintura con la otra y te acercaste; la música que nos acompañaba era una respiración nerviosa y ansiosa por lo que sabíamos que iba a pasar.
Sentí el perfume de tu piel, el calor de tu boca, miré tus labios, me dejé inundar por tus ojos, y me relamí saboreando lo que estaba por vivir. Supe que tus besos iban a ser mios y perfectos.
Tu mano seguía en mi cuello, me acercaste un poco más y la distancia que era de un milimetro parecía eterna.
Con los ojos cerrados,comenzando por la comisura, hiciste que mis labios se encontraran con los tuyos; sentimos un suspiro compartido que inundó el silencio que nos rodeaba, el calor nos quemó, pero nos encantó; nuestros perfumes se amoldaron, como piezas de un rompecabezas que encajan a la perfección, como nuestras bocas.
¿Por qué esquivar tanto algo que el destino siempre quizó?
¿Por qué intentamos retrasar algo que ya estaba marcado?
¿Por qué lo pospusimos tanto si sabiamos que iba a ser inequivoco y adictivo?
Era algo que habiamos esperado tanto tiempo, a lo que le teníamos tanto miedo, pero sabíamos que iba a ser lo mejor que nos podía pasar.
Fue un segundo, un instante en que el cuerpo se estremeció, en que nuestas bocas fueron una sola; en que tu lengua y la mía se reconocieron como eternas, una milesima de segundo para adaptar nuestro beso y hacerlo perfecto.
El estómago se cerró, el cuerpo me tembló, las piernas se me aflojaron y me dediqué a disfrutar. Las respiraciones se aceleraron y ninguno quizó que terminara.
Una vez que nuestros labios se separaron abrí los ojos con miedo. Sentí un vacío intenso, como el frío que te cala los huesos después de un calor inmenso.
Ahí estaba tu sonrisa, ahí cayó mi lágrima de gozo y alegría.
No quería que fuese un sueño.
Nadie me había avisado que así se empieza a sentir lo que nunca vas a querer que se termine.